7 Razones para no llevar hot-pants, inglesitos

Las celebrities y los tíos más buenorros (y los que no lo están tanto) son fans de los pantalones ultra-cortos. ¿Acierto o error? Un súper error. No caigas en las redes de los inglesitos a no ser que quieras que todos te veamos el culo, conozcamos a tu amiga la celulitis y te interese pillar hongos al sentarte en el metro.

El calor aprieta y uno de sus efectos es hacernos ver cosas que no son. Lo que se conoce por alucinación. Y esto es lo que padecen muchas mujeres y hombres en las tiendas de moda. Están tan desesperados / acalorados que quieren prendas ‘fresquitas’ y, sin darse cuenta, caen en la tendencia de los hot pants. Unos mini pantalones a los que mis amigos y yo llamamos ‘inglesitos’ (porque llegan por la ingle, para los que no lo hayan pillado) que están causando furor entre las celebrities y algunos hombres (gays en su mayoría) y que es lo más antiestético que se ha visto en años.
Yo no aconsejo a llevar esta tendencia porque, además de ser poco agradable a la vista no es necesario que las calles se conviertan en un videoclip ‘barato’ de reggeton. Sí, cuando veo a las chicas caminar por la calle con hot pants (y a los chicos) en mi cabeza empiezan a sonar canciones como ‘Gasolina’, ‘Dale, Don, Dale’, ‘No te vistas que no vas’... Así que para intentar explicaros un poco más el porqué de no ‘lucir’ esta tendencia, os resumo mis pensamientos en 7 razones de peso que explican por qué no hay que comprarse unos hot pants. 
1. Si no tienes las piernas adecuadas, ¡pasa de ellos! Tener complejos es necesario, nos ayudan a conocer nuestras limitaciones y, en consecuencia, a no hacer el ridículo. Recuerda: aunque una prenda en concreto o estilo sea tendencia no significa que tengas que llevarlo porque sí.
2. Hay hot pants y hot pants. ¿Cómo saber cuál es la ‘medida’ adecuada para lucir un hot pant? Muy fácil: cuando al probártelos no vas medio-desnuda ni por delante ni por detrás. Porque… (saltamos al punto 3)
3. Aunque tengas un cuerpo 10, llevar medio culo fuera no es cool. No es necesario que todos veamos las nalgas de los demás contoneándose por la calle. Y aunque nosotros seamos fans de ‘Con el culo al aire’, no significa que tengamos que aplicar este leit motiv a todo…
4. Los hot pants sacan a la luz a la peor enemiga de la mujer: la celulitis. Ese momento de sentarte en  una terraza, cruzar la pierna y que tu querida ‘celu’ diga “¡¡hola, estoy aquí!!”. Es súper antiestético y te hace pasar un mal rato. Si no tienes, si perteneces a ese pequeño porcentaje de mujeres, y te lo puedes permitir… ¡adelante! Pero recuerda… (saltamos al punto 5 y 6)
5. Son incómodos: si esos hot pants que tanto te gustan llegan justo por la ingle (recordemos, ‘inglesitos’) puede que, el tejido (que suele ser denim), al andar te roce con los muslos y tu entrepierna acabe roja como un tomate. Y luego no podrás caminar en condiciones, tendrás que echarte crema para calmar la zona… “¿Pa qué?”

6. Puedes coger ‘cosas malas’ por ahí. Sí, no es broma. Si los llevas (que no deberías, aunque a lo mejor eres del grupo de las que no tiene celulitis) ¡ten cuidado al sentarte! En el metro, autobús, bancos de las plazas, sillas de las terrazas, etc. Si te incorporas en un WC público cuando ‘te entran ganas de…’, yo no me sentaría en cualquier sitio llevando unos hot pants: miraría antes de hacerlo. Eso de llevar casi ‘todo al aire’ mezclado con el calor, la gente que no se asea demasiado (porque las hay)… piensa que por ser trendy puedes pillar hongos. ¿A que ya no te mola la idea?

7. Hombres con hot pants, ¡NO! Al parecer, esta tendencia masculina de enseñarle al mundo ‘las partes’ y marcar mucho paquete (los que pueden) viene de Asia y es muy popular entre los gays sudamericanos. Y ahora, cada vez más, los españoles la adaptan a su armario. Sinceramente, un hombre con pantalones ultra-mega-cortos es súper antiestético y está fuera de contexto a no ser que se encuentre danzando y súper pedo sobre una carroza del ‘Orgullo Gay’, que tampoco, pero bueno, es por hacer una excepción y meterlo dentro de un contexto…